Correr la Vega es una tradición única que solo se produce en la Semana Santa de Antequera, una Fiesta de Singularidad Turística Provincial. Tanto Jueves Santo como Viernes Santo, los tronos de la cofradía del Consuelo, los Dolores, la Paz y el Socorro suben empinadas cuestas con gente corriendo delante y detrás en un gran esfuerzo de los hermanacos que portan los pasos. Parece una actividad de riesgo donde milagrosamente nunca suelen darse problemas.
Para ver y correr las vegas se puede hacer:
Correr la Vega Jueves Santo
Antes del encierro, pasada la medianoche, en la Cruz Blanca con la Cofradía del Consuelo en la que procesiona el Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima del Consuelo. Es una vega relativamente corta y sin mucha pendiente, pero muy intensa y dolorosa para el brazo del hermanaco debido al esfuerzo acumulado.
Por su parte, la Cofradía de Servitas con Jesús amarrado a la columna, el Cristo Caído y María Santísima de los Dolores, suben desde la Plaza de Santiago a la cima de la cuesta Archidona, en la zona conocida como los "Cerretes", desde allí volverán a descender. Es una vega larga y que el espectador puede contemplar desde el acerado elevado de la cuesta.
Por su parte, la Cofradía de Servitas con Jesús amarrado a la columna, el Cristo Caído y María Santísima de los Dolores, suben desde la Plaza de Santiago a la cima de la cuesta Archidona, en la zona conocida como los "Cerretes", desde allí volverán a descender. Es una vega larga y que el espectador puede contemplar desde el acerado elevado de la cuesta.
Correr la Vega Viernes Santo
Las Cofradías de Arriba y Abajo protagonizan unas vegas muy diferentes, ambas partiendo desde la Plaza de San Sebastián. La Cofradía de Abajo lo hace hasta su templo de Santo Domingo a través de la Cuesta de la Paz. Son unos 100 metros estrechos y empinados por los que suben de forma acelerada el Niño Perdido, Jesús Nazareno, el Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Paz.
La Cofradía de Arriba tiene que afrontar la Vega más larga de todas desde la Plaza de San Sebastián hasta el Portichuelo, uno de los puntos más elevados de Antequera, lo tiene que hacer por tramos con una emotiva parada frente a Santo Domingo para despedirse de los titulares de la Cofradía de la Paz. Especialmente entrañable es el encuentro en la Citarilla de Santo Domingo de las dos vírgenes. Los hermanacos de la Santa Cruz de Jerusalén, Jesús Nazareno ayudado por el Cirineo y María Santísima del Socorro tienen que ascender un gran desnivel para alcanzar su templo.
Esto es correr la Vega, una tradición única de la Semana Santa de Antequera. Podremos hablar mucho de ello, pero para entenderlo bien hay que vivirlo.
